sábado, 9 de julio de 2011

LAS MISMAS HUELLAS

Las mismas huellas, aún pisadas dos veces, no conducen al mismo lugar.

Dan vueltas sobre su mismo polvo, se cruzan alrededor de la tierra creando círculos concéntricos, dibujan un perfecto remolino de desierto y sal, un perfecto turbante de viento con cuerdas de contrabajo en el interior del mar. Como si nada fuera más importante que ese suceso, como si el mundo diera en realidad vueltas por él, hacia él, por él.
Y como ese mismo suceso variaba y cambiaba de posición, de textura, de movimiento y dirección, jugando a engullirse a sí mismo como un ouroboros, como serpiente retorcida en sus entrañas, voraz y feliz de ser devorada, sin ver el peligro, deseosa aún más de sentir, como naturaleza desplazada de sí misma.

Los aviones a punto de despegar de mi colina
Nadie sabe si llegarán alguna vez a su destino
Lo difícil es que yo sea el mismo que regresó allí una vez

Las mismas huellas, aún pisadas dos veces, no conducen al mismo lugar, seguramente porque no seremos los  mismos cuando las pisemos nuevamente.